jueves, 21 de febrero de 2013

Argentina de nuevo del lado equivocado de la historia

18 Feb 2013 Escrito por Robert Cox para Buenos Aires Herald Publicado en Opinión tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente El Canciller Héctor Timerman orgulloso de su acuerdo -Desde mi punto de vista el acuerdo que Héctor Timerman ha firmado con Irán es un pacto con el diablo. Coloca a Argentina en el lado equivocado de la historia. Me recuerda a la neutralidad de Argentina durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial, una decisión que tuvo un efecto negativo en el progreso económico de la nación, permitiéndole a Brasil, un aliado de las potencias democráticas, el acceso a la tecnología que le ayudó a avanzar industrialmente y en el escenario mundial. En las décadas de los años 1930 y 1940, las gobernantes dictaduras militares y la elección del Coronel Juan Domingo Perón a la presidencia, dejaron la huella del fascismo en Argentina, causando un daño duradero a la psique de la nación. Argentina todavía tiene que quitarse de encima la fea imagen de que fue un refugio para los criminales de guerra nazis. En el imaginario internacional, Hitler todavía está vivo y bien y viviendo en Argentina. Incluso los Beatles, viviendo en su submarino amarillo, enviaron a los derrotados Crueles Azules a Argentina. Parecía apropiado. Pues bien, con este abrazo a Irán, gobernado por un montón de fanáticos religiosos que odian a las mujeres y que parecen decididos a asegurarse un arma nuclear, Vamos De Nuevo. A mi juicio, Timerman cayó en una trampa. La descarada ambición que le dio el impulso para escalar las alturas de la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, saltando de pico a pico de ser un periodista menor a cónsul en Nueva York, embajador en Washington y, por fin (claramente por fin) Ministro de Relaciones Exteriores, lo ha llevado a las arenas movedizas de la perfidia y la traición. Aquí tenemos un judío cortejando a un régimen cuyo presidente. Mahmoud Ahmadinejad, niega el Holocausto y quiere borrar a Israel del mapa. Y Ahmadinejad es un moderado al lado del líder supremo, Ayatollah Ali Khomeini. ¿Para qué? Timerman defiende este desmesurado apaciguamiento de una teocracia anti-democrática argumentando que siendo amigote de Irán, se hará justicia y los funcionarios iraníes que se cree que ordenaron el atroz ataque terrorista en 1994 contra la AMIA, el centro social judío en Buenos Aires, serán llevados ante la justicia. De cualquier manera que se analice el acuerdo para establecer una comisión de la verdad, es imposible evitar llegar a la conclusión de que la última cosa que ambas partes quieren es la verdad. Esta farsa siniestra tiene un precedente, el fracaso del juicio en La Haya para asegurar la justicia en el caso del atentado de Lockerbie en 1988. El dictador libio Muammar Gaddafi puso en ridículo a las autoridades británicas, ofreciéndoles a dos hombres para el juicio. Pero, para desgracia del entonces primer ministro Tony Blair, la justicia quedó en segundo lugar respecto de los atractivos negocios con Libia, rica en petróleo y Gaddafy salió del apuro. Afortunadamente, la justicia alcanzó a Gadafi 24 años después. Fue derrocado y asesinado en septiembre de 2011. La búsqueda de la verdad acerca de Lockerbie se ha reanudado con los detectives de Scotland Yard trabajando en la nueva liberada Libia. Es necesario señalar que la Presidenta Fernández de Kirchner era una admiradora de Gaddafi, lo que podría ayudar explicar por qué no tiene reparos en tratar con los iraníes. Cuando se trata de derechos humanos, la mujer tiende a pasar por alto las transgresiones de los regímenes con los que simpatiza. Lo qué es sospechoso acerca de los motivos de Timerman en la búsqueda de relaciones más estrechas con Irán es que mantuvo en secreto sus contactos con los iraníes, negando que estuviera llegando a Teherán cuando hacía precisamente eso. No he visto ningún análisis del acuerdo que indique que se hará justicia y me resulta imposible creer que la justicia está en lo más alto en la mente de Timerman. La mejor explicación es que la única manera de saltar la barrera para estrechar relaciones entre Buenos Aires y Teherán era vestir la aproximación como un medio para alcanzar la justicia. De hecho, parece prístino que es el poder de compra de Irán lo que está en juego. Esta es una movida peligrosa. El anuncio de este pacto con el diablo era el paso de más que he estado temiendo. Desde mi regreso a Argentina hace tres años, para vivir durante cuatro o cinco meses al año en Buenos Aires, recuperando nuestras vidas que fueron interrumpidas por la dictadura militar, me he sentido como un canario humano en una mina. Hemos estado vigilando atentamente la calidad del aire en el pozo de la mina. Debido al estilo autoritario del gobierno de Néstor Kirchner cuando era gobernador de Santa Cruz, había razones para temer que la democracia no sería plenamente respetada. El mandato de Kirchner se basaba en un mero 22 por ciento de los votos emitidos en las elecciones de 2003, era comprensible que necesitaba construir una base de poder político. Así fue que se le permitió una gran cantidad de soltura mientras establecía su autoridad. Néstor Kirchner estuvo a punto de cruzar la línea desde una democracia a un régimen autoritario, pero nunca fue demasiado lejos. Fue después de su muerte que Argentina comenzó a parecerse cada vez más a la Venezuela de Hugo Chávez. De regreso a Buenos Aires después de una ausencia de 30 años, aliviada por visitas anuales, pero fuera de contacto con aspectos de la vida que se aclaran sólo cuando se está viviendo en un país durante un período de tiempo, mi esposa y yo encontramos mucho que admirar. Esas extrañas palabras inclusión social, que vienen de la jerga de los trabajadores sociales y politólogos, adquirió un significado real cuando nos reunimos con personas que finalmente pudieron obtener una jubilación. Era obvio que la vida bajo los Kirchner era mejor para los pobres, aunque ahora parece claro que, en lugar de instituir políticas para erradicar la pobreza, como se ha hecho en Brasil, las políticas aplicadas por las administraciones Kirchner se han limitado a hacer mejores la vida de algunos pobres. La erradicación de la pobreza ni siquiera parece ser un sueño lejano. Pero sí encontramos mucho para disfrutar. La explosión de la creatividad en las artes, la moda, el diseño, se puede ver en un microcosmos en la recreación de barrios como Palermo, convertido en glamour como Palermo Soho. Hollywood y Queens. El teatro en Buenos Aires no tiene rival en su diversidad, el cine es vibrante y abundan los conciertos. Ha habido una explosión en las artes y los artesanos han florecido. Pero siempre había una sombra amenazante sobre la democracia. El ataque a la prensa de oposición, seguido de amenazas a la independencia del poder judicial, se convirtió cada vez más en motivos de preocupación. Y ahora, esta movida de abrazar a uno de los regímenes más represivos del mundo ha hecho sonar las campanas de alarma. ¿Se envenenará el aire de la democracia? Ha llegado el momento de hablar. Un abrazo estratégico con Irán es inaceptable. Los argentinos, con demasiada frecuencia, han vivido en un mundo de aceptación - aceptación del fascismo que subyace en el peronismo, aceptación de tantos años de gobierno y/o dominación militar. ¡Basta!