miércoles, 6 de febrero de 2013

Confesiones de alcoba o alguien tiene que ceder.

La envidia es uno de los siete pecados capitales. Por ende, trato de no envidiar a nadie. Y si a alguien no envidio en estos momentos, es a nuestro respetable actual y futuro Primer Ministro. En menudo nudo gordiano se encuentra. Armar el próximo gobierno es tarea muy complicada. Es más, si no se cede en los planteamientos que se realizaron antes de las elecciones, resultaría imposible lograr los 61 componentes del Parlamentos necesarios para formarlo. Suerte para todos, que lo que dicen antes del acto electoral los políticos, nada tiene que ver con su posterior proceder, pero así y todo, perjudican la situación actual y hay que tratar de salir más o menos con elegancia. Netanyahu adelantó las elecciones generales con el objeto de lograr un gobierno fuerte. Más fuerte, según su versión. No sabemos, a ciencia cierta, más fuerte que qué, pero parece que no ha salido triunfante con su intento. Quiero imaginarlo rodeado de sus asesores para encontrar una solución al problema, pero no puedo lograr esa imagen. Debe ser que nunca se lo ha visto consultado asesores. Realmente para que lo necesita si él sabe más que nada de todo. Pero eso sí, lo imagino en el salón de su casa conversando con su esposa de la siguiente forma: - Surale, que te parece si invitamos a cenar el viernes a el Rab. Ovadia Iosef, a la gente de Iadut Hatorá y a Neftalí para hablar del nuevo gobierno. Todos son observantes de la Torá y podremos tener una cena de Shabat muy interesante. - Bibi, no creo que sea buena idea. Ya viste, El bueno de Ovadia llamó a la gente de Ha Bait Iudit “goys”, ¿crees que Naftali le perdonará eso? - Meidale, en política todo es posible - Bibi, además las religiosos de Iadut no reconocen el estado. Ya ves que cuando deseaste nombrar ministro a Iakov Litzman no quiso jurar porque no reconoce el Estado de Israel y tuvo que conformarse con ser vice ministro. Si no reconoce al estado no querrá venir a la casa del presidente de un estado inexistente. - Hay Surale, siempre tan perspicaz. Pero tú sabes, en política todo es posible - Bibi, suponiendo que vengan todos, como hacemos para que no se toque el tema de los religiosos jaridim y el ejército. Tu bien sabes que Naftalí quiere que todos hagan la “tzava” y eso no lo aceptan los otros invitados. - Sarita, en política todo es posible - Además, si hago bien las cuentas, 31 más 12 más 18 suman justo 61. Muy estrecho, no se vería muy bien - Ya pensé en ello. Me llamó Mofaz por teléfono y me dijo que cuente con él para todo. Va a pedir poquito, son solo dos votos, pero hacen prensa. Me va a ayudar a servir el vino y otras cositas. Está arrepentido el pobre. Me volvió a pedir disculpas de que cuando se organizó Kadima, él se fue con Arik. Está arrepentido. Me dijo que si se hubiese quedado en el Likud, hoy día sería casi seguro ministro de defensa. Pero que se joda, por no confiar en mí. - Bueno Bibi, lo vamos a pensar y luego te digo. Pasan las horas, y justo antes de acostarse, al no tener respuesta Bibi comenta - ¿Y Sarita, que pensaste de la cena?. - No sé, me parece poca gente y además todos religiosos. No creo que todos tus amigos y a los de Avigdor estén de acuerdo. Ya no vamos a hablar de los amigos del Likud, esos ya se enojaron cuando firmaron lo de la lista conjunta y perdieron puestos importantes. Ahora quedaron afuera. Además dejaste en la oposición a Iair, Tzipi y Shelly. ¿y si se ponen de acuerdo y se transforman en una variable de gobierno. - Tienes razón, Sarita, siempre piensas en todo. Un par de horas después, y al no poder conciliar sueño, despierta a su esposa de un codazo y vuelve a insistir. - Surale, está decidido, necesito un gobierno amplio. Voy a invitar además a Lapid y a Tzipi. De esa forma neutralizo a los religiosos e incorporo gente capaz al gobierno. - Y tú crees que Iair aceptará estar con los religiosos. Comenzarán otra vez con el problema que si tzava, que no tzava, que servicio nacional, que nada, etcétera. - Sarita, en política todo es posible. Dos horas después y sin logran cerrar un ojo, Bibi vuelve a despertar a su conyugue - Discúlpame, pero no puedo dormir. ¿y si hacemos un gobierno extra large? Llamamos también a Shelly y estamos todos dentro. Quedan solamente en la oposición los de Meretz, y con ellos no hay dialogo posible. Son idealistas y respetan sus ideales. Ni parecen políticos. - Bibi basta y déjame dormir. Además Shelly dijo no, no, no. - Pero en política todo es posible. - Dijo no y es no. Ellas es periodista y no política. De política no entiende nada. Sino no hubiese sido tan categórica. - Pero en política todo es posible. - Te digo que no. Además con Tzipi y Shelly hay muchas mujeres en gobierno. Yo no quiero competencia. Bastante que aguanté a Limor a tu lado tanto tiempo. Y ya sabes, a Limor la envías a alguna embajada bien lejos. Igual ya estuvo más de dos periodos en la Kneset y le corresponde la pensión vitalicia. - Ufa, tienes razón. Y ahora me haces acordar que esa es una injusticia de la ley que debo modificar. No hay derecho que un Javer Hakneset por el sólo hecho de estar ocho años en la Kneset tengan una pensión para toda la vida. Un despropósito que no se dan ni siquiera los países muy ricos. - Bueno ahora déjame dormir, mañana hablamos. Al amanecer del día siguiente: - Hola Sarita, nuuuu, ¿qué pensaste? - La verdad es que no sé que decirte. Creo que debemos llamar a todos y que ellos se excluyan por sí mismos. - Pero Surale, ya me has dicho que el aceite y el vinagre no se juntan nunca - Hay Bibi, como tú dices, en política todo es posible. Por todo lo expuesto en mis más profundos pensamientos confieso que no envidio a Benjamín Netanyahu. No hay duda que no se formará gobierno si no hay una toma de conciencia general y algunos de las agrupaciones políticas no renuncia a parte de sus enunciados políticos. Igual se han realizado antes de las elecciones y nadie los toma en cuenta. Por lo menos por el momento. Los religiosos deberán aceptar que sus alumnos de ieshivot tengan que contribuir en algo con la comunidad que los mantiene y gracias a la cual pueden rezar libremente. Los partidos laicos deben aceptar que estamos viviendo en el único estado judío del mundo y que, hay lo que hay. Los colonos que no toda Cisjordania es Israel, no porque no lo queramos, sino porque la comunidad internacional no lo acepta. Es hora de concesiones. Es tiempo de unirse para luchar con los enemigos externos que son muy poderosos y que cada vez están más cerca. Ya al borde de nuestras fronteras. No puede enfocarse el problema Irán como prioridad absoluta. Ese es un problema mundial, y en conjunto hay que resolverlo. Hoy día el gran desafio es Egipto y que rumbo toma, Hamas, Hizboalá y el futuro de Siria. Sin olvidar Jordania y Líbano. Si no ampliamos nuestros horizontes, nuestra capacidad de tolerancia y nuestra imaginación, tendremos que dentro de muy pronto volver a la urnas, sin saber a ciencia cierta si se adelanta o no en toda esta problemática. Que la luz ilumine a nuestros políticos y sepan elegir lo mejor. Cr.Víctor Vaisman