viernes, 15 de febrero de 2013

‘Dar a tiempo, y con el corazón...’

PERASHAT 'TERUMÁ'. - B.H.N."V. El pueblo de Israel ha vivenciado ya la gloria. A la libertad del cuerpo, se le ha sumado la independencia del alma, cuando -cada uno de acuerdo a su propia fuerza y comprensión- accedió a Su palabra procedente desde "los cielos". Tal como lo atestigua el último de los libros de la Torá: "...atém reitém ki min hashamáim dibarti imajém". Hemos podido captar cómo esa Palabra enhebrada en Diez alocuciones -"Los Diez Mandamientos- descendieron para anidar en la tierra, y producir su efecto inmediato: que la "verdad brote de sus entrañas" al cantar de los Salmos. Allí llegaron entonces los "Mishpatím". Allí nos detuvimos para observar cómo la Palabra de D-s se tomará en hechos -fueros y leyes justas- en las manos de los hombres. Arribamos en este Shabat a una perashá muy especial. Algunos comentaristas la han denominado la "Perashá de nedibut ha-leb". ¿Qué significa, se está preguntando? Algo muy cercano al dar de corazón, dar uno de sí lo mejor, con nedibut -predisposición íntegra y total del ser-, ha-leb, del corazón pensante y sensitivo, no calculador... Dar sin calcular. Aprender a dar... Tal es la propuesta de nuestra porción semanal. Hay un pedido por cierto trascendental en nuestra Torá. "...Habla a los hijos de Israel y que tomen en Mi Nombre ofrenda. De todo hombre, a quien voluntariosamente mueva su corazón, habréis de tomar ofrenda para Mí..." principia nuestra Perashá (versículo 2 del capítulo 25). Los próximos cinco renglones, especifican los objetos o bienes muebles que se habrán de "tomar en Mi Nombre" - "Veikjú Lí = LiShemí", como el oro, plata, pieles, aceite y piedras preciosas, etcétera. Estamos presenciando el instante, decíamos, cuando como pueblo se nos solicitan "cosas materiales" para ser santificadas, puestas al servicio de; para que pertenezcan a... Tras los cinco versículos subsiguientes, se corre un fino telón que revela ante nuestros ojos un fin, o más que "fin", el comienzo mismo: un nuevo "Bereshit" si se nos permite el término. Dice la continuación del capítulo: "Ve-asú Li MIkdash, veshajantí betojám..." que significa: "Harán ellos, en Mi Nombre, un Santuario y Yo residiré en ellos". La Torá nos plantea el momento en el cual Israel, redimido y libre, accede a "acercar" -si así lo podemos decir-, a la Shejiná -la Presencia Divina-, al espacio terrenal. Por eso sosteníamos aquello del Bereshit. D-s cerca del hombre. El hombre próximo a D-s. Y una condición básica para la "habitabilidad": la dignidad y la honorabilidad con las que el ser humano fue revestido por Él. puestas al servicio de la Creación. Estamos en pleno desierto construyendo un "Lugar para Él". El Todopoderoso es denominado "Makom"= lugar. "...Hú Mekomó shel Olám". "Él mismo es el Lugar de todo el Universo" afirman los sabios. ¿Cómo entonces le haremos un lugar? La plegaria misma se pregunta: "¿Haié mekom kebodó leha'aritzó?" - "¿Cuál es el lugar de su Gloria, para enaltecerlo?". Sin embargo, es posible. Israel habrá de construir ahora, el Mishcán, el Santuario Móvil del desierto que será la matriz para el Santuario firme en la tierra de Israel, en el Monte Moriáh, en la amada y por ahora lejana Shalém, Iebus... la que será luego por siempre: Jerusalém... Al campamento -Majané- de las doce Tribus, cuyo centro aún permanece vacío, lo llenará la vitalidad del Mishcán, alrededor del cual habitarán las Shebatím y próximos a él Moshé y Aharón, así como la casa de los Leviím. En derredor y en función del cual, se levantará el campamento para sus travesías, aunque también reposarán las gentes en la letanía del desierto... Mucho se ha escrito y mucho más se ha dicho respecto al Mishcán y su significado, sus simbolismos, su organización y por supuesto su contenido. Deberemos estudiar más y más para comprender -y no superficialmente- este legado entregado en manos de un pueblo, para ligarse definitivamente y en verdad a su D-s. Pero volvamos para finalizar, a la idea, al principio, al fundamento: "Veasu Lí Mikdash" - "Harán para Mí un Santuario" dice el Todopoderoso, "veshajantí betojám...": "Y habitaré en medio de ellos". Dicen nuestros sabios: "Betojó lo neemar: Betojám neemar". " 'Dentro de él' no está dicho; está escrito: 'dentro de ellos' ". Como lo explica el sabio Alshej: "...Betojám, está dirigido a los hijos de Israel, que cada uno de ellos construya un santuario en su corazón, lugar para que anide la inspiración Divina de la Shejiná, y entonces, 'habitaré en medio de ellos', dentro y en medio del corazón de cada uno y uno del pueblo judío". Para ello es Terumá. Para ello un corazón dispuesto. Dispuesto a dar en abundancia. Cualitativa, no sólo cuantitativa. Un corazón que se abre de par en par, y deja pasar entre sus aurículas y ventrículos, la sangre vital del cuerpo de Israel: La Fe en D-s y Su Presencia a diario en nuestras vidas. Bienvenido a Casa, para Siempre... ¡¡ Shabat Shalom u-Meboraj !! Mordejai Maarabi Rab. Oficial de la OLEI