jueves, 14 de febrero de 2013

PACIFICADORES IMPROBABLES

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba Ariel Sharon se desconecto de Gaza porque el queria separar al pueblo que el habia pasado una vida protegiendo de su nemesis. 3/2/13 por Lee Smith La sabiduria politica convencional ha sostenido durante mucho tiempo que el tema palestino es la clave para el Medio Oriente. Pero como señala Elliott Abrams en "Puestos a Prueba por Sion: La Administracion Bush y el Conflicto Israeli-Palestino", "La vida politica arabe no gira en torno a Palestina." Mas bien, Palestina es "un tema entre muchos y nunca el factor determinante en las acciones de ninguna nacion arabe y ni siquiera en sus relaciones con los Estados Unidos." Entonces por que Washington dedica tanto esfuerzo a el? El libro del Sr. Abrams es la historia definitiva de los logros considerables en el Levante del ultimo presidente republicano. Este registro detallado de reuniones, documentos y acuerdos demuestra que la cuestion palestina es de interes principalmente debido a su resonancia emocional, para los americanos tanto como para israelies y arabes. Es mas que apenas otro tema; es una historia general y epica mostrando el amplio rango de pasiones y emociones humanas. En la descripcion del Sr. Abrams, es tambien una historia sobre caracter. Cuentan los actores bellas mentiras sobre la paz para su propia auto-glorificacion, o cuentan la verdad—sobre Israel, sobre los palestinos y sobre si mismos? Los protagonistas de esta narracion son el Presidente George W. Bush y su homologo israei, el entonces Primer Ministro Ariel Sharon, ambos de ellos pacificadores improbables. El Sr. Abrams se unio al equipo del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos en junio del 2001, primero como asistente adjunto del presidente y mas tarde como consejero adjunto de seguridad nacional para estrategia de democracia global. Hasta el año 2005 su jefa fue Condoleezza Rice, la mas cercana confidente del Sr. Bush y la figura mas fascinante del libro. El Sr. Abrams claramente la respeta y admira pero—a medida que se desarrolla el relato y la Sra. Rice cambia de las politicas del presidente a las que ella se supone que sirva—el tambien recuerda resueltamente su obstinacion, orgullo e ineficacia final. Como deja en claro el Sr. Abrams, la conferencia de Annapolis—las conversaciones de paz del año 2007 convocadas a insistencia de la Sra. Rice, por entonces la Secretaria de Estado, y modeladas como muchos intentos diplomaticos americanos similares y no exitosos—fue el desenlace infeliz de un periodo que comenzo en forma optimista, lo suficientemente paradojico, a la sombra del 11/S. La presidencia Bush marco una epoca trascendental en los asuntos israelies-palestinos—un hecho que parece haber escapado a muchos, incluido el sucesor del Sr. Bush. El Presidente Barack Obama dijo a un grupo de lideres judios en julio del 2009 que no habia habido progreso en la cuestion palestina durante el mandato del Sr. Bush porque no habia existido "luz de dia" entre los Estados Unidos e Israel. La realidad es que, bajo el Sr. Bush, el involucramiento americano con el estado judio y los palestinos fue mas fructifero que nunca antes—o desde entonces. Entre otros exitos, estuvo la desconexion del Sr. Sharon de Gaza y el pedido del Sr. Bush por un estado palestino. Para obtener esos logros, la clave no fue continuar machacando con las negociaciones, como habian hecho durante decadas los elaboradores de politicas americanos e israelies, mas recientemente con el proceso de Oslo, sino ver los mismos problemas desde una perspectiva nueva. En vez de esperar a un socio palestino, el Sr. Sharon se retiro unilateralmente de Gaza. En vez de invertir tiempo, dinero y prestigio americanos en un terrorista, el Sr. Bush dio su espalda a Yasser Arafat y exigio un fin al terror palestino. Estas fueron acciones audaces. Y manteniendo la fe en la agenda de la libertad posterior al 11/S, el Sr. Bush pidio reformas politicas fundamentales y se convirtio en el primer presidente americano en abrazar la creacion de un estado palestino. Todo eso sucedio debido a que el presidente comprendio, como escribe el Sr. Abrams, "que su objetivo de 'no luz de dia' entre Estados Unidos e Israel maximizaria su influencia." En retrospectiva, es facil ver que la diplomacia de la administracion Bush tuvo al menos dos cosas a su favor. Primero, fue conducida antes que Israel enfrentara la guerra en dos fronteras de las cuales se habia retirado, sur de Libano y Gaza, despues de lo cual los israelies se volvieron cautos con razon de intercambiar mas tierra por paz. En segundo lugar, estaba el Sr. Sharon, una figura mas grande que la vida de la generacion de los patriarcas fundadores de Israel que queria salir de Gaza no debido a que queria o confiaba en la Autoridad Palestina sino debido a que queria separar al pueblo que el habia pasado una vida protegiendo de su nemesis, los palestinos. El autor admira al Sr. Sharon; los dos hombres almorzaron en muchas ocasiones en el rancho del Sr. Sharon en el Desierto del Neguev. Habiendose desconectado de Gaza y mirando el abandono de los asentamientos en Cisjordania, el Sr. Sharon se convirtio en un hombre de paz, tal como lo habia descripto el Sr. Bush. "El ve una ventana de tres años mas" dijo al Sr. Abrams uno de los mas altos asistentes del primer ministro a fines del año 2005, "para lograr una situacion mas estable." Pero al cabo de un mes, el Sr. Sharon sufrio un ataque cerebral que lo dejo en un coma permanente. La politica arabe-israeli de Washington fracaso. Sin dudas la Casa Blanca cometio errores aun con el Sr. Sharon en el cargo. La administracion Bush no anticipo que Hamas venderia la retirada de Gaza como un triunfo de la resistencia armada. Pero no fue hasta la guerra del 2006 de Israel con la milicia chiita libanesa Hezbollah que la ausencia del Sr. Sharon probo ser decisiva. A diferencia del Sr. Sharon, quien como explica el Sr. Abrams, habia engatusado magistralmente a la Sra. Rice, el inexperto Primer Ministro Ehud Olmert fue incapaz de manejarla. Como secretaria de estado, la Sra. Rice estaba tan determinada a dejar su marca como pacificadora que ella parece haber visto la segunda guerra del Libano de Israel como una afrenta personal. Ella adopto inconscientemente los puntos de conversacion de Hezbollah, como exigir que Israel regrese las Granjas de Shebaa, una pequeña parcela de tierra en las Alturas del Golan, a Libano, una medida que justifico implicitamente el terrorismo de Hezbollah contra el estado judio. Esta fue una de una cantidad de heridas auto-infligidas que salieron de la desconfianza de la Sra. Rice hacia los lideres israelies. Quizas, dice el autor, la Sra. Rice, quien una vez habia servido tan habilmente a la politica del presidente, simplemente habia adoptado la perspectiva arabista del Departamento de Estado hacia el final de su mandato. La politica, despues de todo, es hecha por personas cuyos talentos y defectos estan vinculados indisolublemente a la forma en que ellos entienden el mundo e intentan darle forma—o separarlo. Como muestra el Sr. Abrams durante este libro perspicaz, las instituciones y burocracias son solo parte de la ecuacion humana. El Sr. Smith es editor en jefe del Weekly Standard.